Jorge Sánchez-Manjavacas comparte con nosotros las emociolabras de un grupo de pequeños pensadores del CEIP Sagrado Corazón, de Campo de Criptana (Ciudad Real). Pero mejor que os lo cuente él mismo:
Ayer nos volvimos a reunir para trabajar con las palabras, con las preguntas, con los conceptos. Lo primero que hicimos fue trabajar el cuento que ya habían leído en casa con sus familias:
Diego no conocía la mar.
El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla.
Viajaron al sur.
Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando.
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura.
Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre:
— ¡Ayúdame a mirar!
Eduardo Galeano, La función del arte en El libro de los abrazos.
Una vez que comprendimos algunas de las palabras que nos parecían más difíciles nos preguntamos por qué alguien necesita que le "ayuden a mirar" cuando el mar "estalla" y te deja "mudo de hermosura".
Ángela propuso que le pedía eso a su padre porque no había visto nada más bello y ahora ya no podría ver nada con tanta belleza. Por eso le dijo a su padre que le ayudara a mirar, para que le mostrara que hay cosas que también son bellas, además del mar. Por su parte, Daniel dijo que "la" mar era una diosa y que por eso cuando apareció, "estallo ante sus ojos", se quedó mudo de tanta belleza y no sabía por dónde mirar para que no le dolieran los ojos.
Por supuesto, le dimos un abrazo al Libro de los abrazos para ver si realmente un libro se puede abrazar.
Y entre abrazos y risas, pasamos al siguiente libro. Esta vez en colaboración con el proyecto colaborativo Emociolabras. Leímos parte de El libro de las preguntas de Pablo Neruda. Preguntas tan sorprendentes como éstas:
¿Si he muerto y no me he dado cuenta a quién le pregunto la hora?¿De dónde saca tantas hojas la primavera de Francia?¿Dónde puede vivir un ciego a quien persiguen las abejas?
¿Si se termina el amarillo con qué vamos a hacer el pan?
Para ver el libro completo, pinchad aquí.
Nosotros también decidimos crear nuestras preguntas sin respuestas; preguntas espontáneas, divertidas, tontas y muy creativas. De este modo, pasar las fronteras de lo razonable para llegar a lo no posible. Fue un proceso divertido, creativo y bastante sorprendente, porque normalmente no se nos piden hacer estas cosas en las clases.
Seguiremos pensando (y preguntando).
¡Qué emoción!
ResponderEliminarPreguntas sorprendentes y fotos con el Libro de los abrazos estupendas. !Enhorabuena¡
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